1941

Un coche a pedales, atracción de la Feria de Bilbao. De madera y sin motor, con una mecánica similar a la de una bicicleta, el artilugio sirve para recorrer el patio del instituto durante el desarrollo de la exhibición.

El carné de conducir no se regala en la tómbola. Y el automóvil tampoco resulta accesible para todos los bolsillos. Antes de que el ‘600’ haga posible el sueño de muchos transeúntes, son pocas las oportunidades de emular a Fangio y a otros ases de la conducción. Los autos de choque se convierten en la única experiencia de los mayores, que aprovechan cualquier oportunidad para asir un volante.