Estilo «abierto»
«El arte es casi como una droga que permite controlar las emociones y manipular la experiencia de los sentidos a través del color o de las texturas»
Jeff Koons
Las dos esculturas de Jeff Koons (York, Pennsylvania, 1955) que se exhiben en el Guggenheim se han convertido en piezas de arte público tan icónicas como el propio museo y en referente del paisaje cultural de Bilbao y del mundo. Puppy, la imponente escultura de un terrier que da la bienvenida a los visitantes, y, Tulipanes, ubicada originalmente en la terraza que da a la ría, brindan felicidad y optimismo al intrincado negocio del arte contemporáneo. Como parte de una generación de autores que ha explorado el comercialismo, la publicidad, la saturación mediática y el exceso capitalista, Koons ha creado un vocabulario muy personal que transcurre en el espacio del kitsch, el neo-pop, el conceptualismo y el minimalismo.
Con motivo del 25 aniversario del Guggenheim, el artista, uno de los más cotizados del mundo, abre a EL CORREO las puertas de su estudio en Nueva York.
- La Fundación Solomon R. Guggenheim adquirió Puppy en 1997 para su instalación en el museo de Bilbao. Thomas Krens, director de la fundación, gestó el proyecto. ¿Cómo fue su colaboración con él y cómo recuerda su primer contacto con Bilbao?
- Estoy encantado de participar en la celebración del 25 aniversario del Guggenheim de Bilbao. Recuerdo la visita, a la que fui invitado por Tom (Krens), y mi encuentro con Frank (Gehry), cuando todavía no se habían construido las columnas y se estaban decidiendo aún los diferentes materiales que se usarían. Recuerdo haber estado con Frank en el sitio, eligiendo la ubicación para Puppy en la entrada principal del museo para recibir a la gente. Había una gran energía, un gran optimismo en el aire sobre en lo que proyecto suponía y en lo que podría convertirse. Tom Krens ha demostrado cómo la cultura contemporánea se puede entretejer en la vida diaria de la gente. La creación de un museo tan fantástico, su colección, la arquitectura del edificio... estoy encantado de que Puppy sea parte de toda esa experiencia.
- Puppy fue concebido a partir de una pequeña escultura de madera de un terrier creada en 1991, y hace referencia a los jardines clásicos europeos del siglo XVIII. A través de un sofisticado modelo de ordenador, usted creó una imponente escultura pública gigante que contiene 55.000 kilos de tierra y 60.000 plantas con flores en perpetuo crecimiento. Esponsorizada por Hugo Boss, la escultura fue inaugurada en la apertura del museo. ¿Cómo fue aquella experiencia?
- Montar Puppy fue realmente genial. Trabajé con diferentes jardineros del área de Bilbao, tuvimos en cuenta el contexto cultural, el tipo de plantas que se podrían criar en la temporada del año de la inauguración. Recuerdo que buscamos pensamientos, plantas que pudieran mantenerse durante el otoño y principios de invierno. Fue estupendo trabajar con todo el mundo comprometido en el proyecto, para crearlo y acabarlo como se esperaba. Con el tiempo Puppy aprendió a adaptarse a las diferentes estaciones, a usar diferentes tipos de plantas en las zonas de sombras y semi-sombras, como la parte de la barbilla en sombra permanente, y las que recibirían la luz del sol durante todo el día como en la parte superior de la cabeza. Ha sido un proceso de aprendizaje completo y que ha continuado y se ha sofisticado con el tiempo.
- Puppy fue concebido como una figura familiar, del ámbito doméstico, una imagen amigable, no intimidante, que da la bienvenida a los visitantes del museo. También hay referencias a la clase media y la cultura popular: el arte de esculpir jardines, la cría de perros de raza, la cerámica decorativa y las tarjetas populares con mensajes de buenos deseos. También hay una evocación a la figura de la esfinge centinela que vela ‘la casa’ de las obras de arte. Una figura ‘viva’ que suscita positivismo, creada para infundir, en sus propias palabras, «confianza y seguridad».
- Hay algo encantador sobre Puppy. No sabemos si es femenino o masculino, no sabemos la relación que el espectador tiene con los animales, tanto si es de control o si es de abandono del control. Abre el diálogo sobre cómo se ha tratado al animal en el arte y su relación con los seres humanos. Si pensamos, por ejemplo, en artistas como Mark Roscoe, o en las primeras expresiones de arte humano que son sobre los animales, el papel del animal de darnos confianza, de abrirnos al medio ambiente y al mundo, de dejar que tenga su impacto en nosotros. Es una conversación sobre lo que es el arte, sobre sus relaciones con el mundo y nuestras interacciones en él. A través del arte somos una persona diferente, cambiamos el arte.
- El Guggenheim le dedicó en el año 2015 una exposición retrospectiva. ¿Qué le pareció?
- Tuve la oportunidad de experimentar el espacio y las diferentes formas de las galerías, algunas con las paredes altas, otras con las paredes curvas, otras rectangulares. Fue genial poder exhibir mi trabajo con las oportunidades que ofrecían las galerías. En otro lado del edificio, en el lado del río, están los Tulipanes en exhibición permanente (ahora la obra se ha trasladado al interior del museo dentro de la exposición del 25 aniversario), así que es como estar en casa”.

Jeff Koons
– Usted llegó a Nueva York en 1977, una decisión que adoptó de inmediato después de escuchar el disco ‘Horse’s’ de Patti Smith en la radio y pensar que quería ser parte de la escena cultural de la ciudad. «Quería contribuir a mi generación y nunca me fui», dice. Siguiendo el modelo de la Fábrica de Andy Warhol, montó un estudio en un loft del SoHo donde empleaba a más de 30 asistentes para la producción de los diferentes aspectos de su trabajo.
- Me gusta trabajar con otra gente, no me divertiría estar solo en un estudio todo el día. Trabajo con un equipo de asistentes que han estado conmigo durante años; un ayudante ha estado trabajando en el estudio un promedio de 15 años. He creado sistemas y marcas, y si tengo tiempo al final del día puedo hacer un gesto en la pintura. Pero si solo hago eso no podría estar trabajando en una escultura o en otras pinturas o proyectos que me gustaría hacer en otras áreas.
Jeff Koons
- Suele reconocer a Duchamp, Picasso, Dalí y Warhol entre los artistas que más han marcado su trabajo. Usted ha sabido traducir los grandes símbolos del mundo del arte para crear un lenguaje propio contemporáneo extraído del imaginario de la cultura popular. Incluso, ha sugerido que Popeye es el símbolo de la virilidad masculina, como un Hércules contemporáneo, mientras la Bailarina Sentada sería una interpretación de la diosa romana Venus. Al final se trata de un proceso de percepción y de interpretación, ¿no es así?
- Siempre me ha interesado el surrealismo dadaísta, para mí es como un símbolo del ir hacia adentro, del estar en contacto de alguna forma con la biología propia, con la clase de información que acarreamos en nuestros genes en el ADN. El surrealismo dadaísta es como el punto de entrada de eso. Me interesa la experiencia abierta porque el arte es casi como una droga que permite controlar las emociones y manipular la experiencia de los sentidos a través del color o de las texturas. Luego te das cuenta que esas experiencias se pueden comunicar y que puedes crear un vocabulario con todas esas herramientas para crear sensaciones, emociones e intelecto. Tratar de elevar al espectador a cierto ‘Vesta’ desde el que mirar como parte de tu intento original. Pero entonces está ese dicho de que el que mira tiene su mirada, de que el espectador siempre termina la obra de arte, es el que aporta su propia experiencia. Porque no hay realidad, cada uno tiene una percepción propia de la realidad. Como artistas podemos influir en esa percepción y acercarnos lo más posible, pero el espectador siempre lo termina.
- Su modelo empresarial de fábrica de arte ha tenido distintas encarnaciones, desde el estudio de 2019 con 120 personas en distintos departamentos, hasta el modelo actual con formas de producción automatizadas y un equipo reducido. En su estudio en el oeste de Manhattan, Jeff Koons habla de los nuevos proyectos en los que trabaja actualmente mientras cerca de una docena de asistentes preparan lienzos y esculturas.
- Ahora estoy trabajando en una serie de pinturas, (que son) parte de mis series de porcelanas y el background son paisajes, varios tipos de paisajes dramáticos, un gran bosque, y encima de estos paisajes haré unos gestos y encima de los gestos voy a poner capa con impresos de unas imágenes del siglo XVI que me gustan. En esta parte del estudio se trabaja en resolver diferentes problemas con las esculturas. También estamos trabajando en piezas tridimensionales y en prototipos.
- ¿Cómo es su proceso de trabajo?
- Para mí es un proceso muy intuitivo, dejo que las cosas resuenen, lo que experimento en la vida diaria es mi fuente de material. Dejo que las cosas resuenen incluso por periodos de 10 a 15 años hasta que se materializan en la realización de un gesto. La gente ve mi trabajo y la metodología de mi trabajo como perfeccionismo, pero no soy un perfeccionista. Lo que más me importa es hacer el mejor trabajo que puedo lograr hacer y plasmar mis ideas lo más claramente posible de acuerdo a mi intención original.
CRÉDITOS
Texto: Caroline Conejero
Fotos y vídeo: Jake Price y Marta Madruga