Muse en 2015

Ilustración de HIGINIA GARAY

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Muse: Matt Bellamy en estado de gracia

Al preguntar a cualquiera de los asistentes cuál era la banda que más ganas tenía de ver, la respuesta siempre era la misma. Los británicos no es que ganaran por goleada, es que el clamor fue absolutamente unánime. El concierto superó incluso las expectativas. Rock sin artificios. Protagonismo absoluto para los sonidos guitarreros y para un Matt Bellamy en estado de gracia. Eso sí, también se notaba el despliegue de una de las bandas con más poderío del rock progresivo: un gran videowall, globos gigantes que se elevaban con cada manotazo del público y una explosión de confeti cuando tocaron 'Merci'.

El incesante sirimiri le dio también una dosis extra de épica a uno de esos directos que aún recuerdan los asiduos a Kobetamendi. Los mejores invitados para el décimo cumpleaños del festival.

SILVIA CANTERA