
Ilustración de HIGINIA GARAY
Rammstein: gasolina y drag queen infernal
Till Lindemann se dejaba asustar por el despliegue ardiente: fuegos artificiales, coladas chispeantes, explosiones sincronizadas, lenguas de fuego contra los músicos (cómo olía a gasolina quemada, cómo te alcanzaba al instante el calor, cómo debían de derretirse los espectadores de las primera filas), lanzallamas bucales en los músicos, la quema de un presunto espontáneo que invadió el tablado, disparos de bengalas contra el respetable y, el momento más colosal, un ataque de fósforo desde la mesa de sonido contra el escenario.
El apocalipsis de fuego de Rammstein, entonado en alemán e interpretado en plan una Fura Dels Baus aún más heavy metal, se abrió con 'Rammlied' y con el vocalista disfrazado de drag queen del infierno, El espectáculo fue de fuego, pero el escenario también se sumaba a lo impresionante mediante plataformas. El teclista, Christian 'Flake' Lorenz, ubicado en el segundo piso del entramado y desfilando sin parar sobre su cinta andarina, se montó en una zodiac y navegó sobre los brazos alzados de la multitud.