Prodigy en 2014

Ilustración de HIGINIA GARAY

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The Prodigy: fiestón absoluto

El paso de The Prodigy por el BBK Live fue un auténtico bombazo. Una explosión de sonido y un estallido de color. Un concierto-eclipse, de esos que es mejor no mirar directamente, por eso de proteger el bienestar de las retinas.

Kobetamendi se convirtió en el escenario de una gran rave. Las siluetas de los británicos, que oficiaron con batería y guitarrista de apoyo, apenas se podían distinguir entre tanto humo y fogonazos de luz. En ocasiones mareaba hasta ver la retransmisión del show a través de las pantallas. Recuerdos de los finales de los ochenta y principios de los noventa. 'Breath', 'Jetfighter', 'Firestarter'... cada éxito parecía bailarse más que el anterior en una edición que batió todos los récords de asistencia.

Por primera vez el festival acogió 120.000 personas entre los tres días. Se agotaron todas las entradas un mes antes. Aunque The Prodigy volvieron a Bizkaia tres años más tarde de la mano del BIME, esta fue la última vez en Bilbao del extrañado Keith Flint, el cantante de inconfundible cresta que empezó como bailarín y acabó convirtiéndose en la voz más emblemática del electro punk.

SILVIA CANTERA