1924

Un grupo de espectadores sigue el juego de la pelota. Como si de un ritual ancestral se tratara, la mañana del domingo se inicia con la misa y después el encuentro en el frontón, principal punto de confluencia en cada pueblo.

Sin lugar a dudas, este espacio es el ágora de los vascos, aunque en otras culturas también sea habitual la construcción de la cancha, casi siempre cerca de la iglesia y de la plaza. Ataviados con vestimenta blanca, que se diferencia por el color (rojo y azul) que llevan en la cintura, los contendientes se baten en una singular lucha contra la pelota y su bote en las zonas delimitadas de la cancha.