ESTAMPAS BILBAÍNAS
UN LENGUAJE CON ELIPSES, LÍNEAS, ARCOS, Y PUNTOS
La taquigrafía puede definirse como una técnica de escritura vertiginosa inspirada por los jeroglíficos y presente a lo largo de la historia, desde el senado romano hasta los parlamentos actuales.
1928
Concurso de taquigrafía para grandes especialistas. Por más veloz que se sea, con la escritura normal nadie es capaz de superar más de 40 palabras por minuto, mientras que con este método los mejores especialistas superan las 120.
Los profesionales de esta disciplina escuchan, ven y enmiendan al orador que, en su verborragia o vértigo, comete errores. Transcribir una grabación puede llevar horas. El taquígrafo, en cambio, lee su versión y la pasa al ordenador en poco tiempo. Los propios legisladores prefieren esta especialidad, que llega a convertir en un apoyo esencial para el buen hacer del diario de sesiones.