ESTAMPAS BILBAÍNAS

:: ARCHIVO EL CORREO

EL TERROR DE LOS NIÑOS CON BOCHINCHAS COMO ARMAS

El origen de estos personajes no está del todo claro, aunque los estudiosos los sitúan en la Edad Media. La Iglesia paga hasta el siglo XIX la presencia de estos en las festividades de carácter religioso.

1930

La comparsa de cabezudos incorpora a Pichichi. Un cabezón enorme sobre un cuerpo normal les da cierto aire cómico, lo que anima a la chavalería a burlarse de su presencia, desafío que propicia un sinfin de carreras y porrazos.

Normalmente representan a personajes populares locales o a figuras mitológicas y golpean con sus bochinchas (vejigas hinchadas) a los niños que acuden a contemplar el baile de los gigantes, compañeros inseparables de sus andanzas. Las figuras están realizadas en cartón-piedra o poliéster (más recientemente, fibra de vidrio), aunque se distinguen por el arma con la que golpean a sus víctimas.

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