ESTAMPAS BILBAÍNAS

:: FUNDACIÓN SANCHO EL SABIO
SE VENDE BARATO Y SE ADMITE EL REGATEO
Como dice la canción, el mercadillo ofrece toda una variedad de objetos de los que se han desprendido sus dueños, bien por necesidad o por haber dejado de ser útiles. «Lo que usted no quiera para el rastro es».
1960
Curiosos y compradores en el mercadillo de Bilbao. Ubicado, por lo general, en la parte más antigua de la ciudad, el rastro se abre para dar salida a productos de distinto signo que no encuentran acomodo en establecimientos comerciales.
La clientela de este espacio viene en busca de ropa y artículos del hogar, generalmente de segunda mano, utensilios domésticos, herramientas de todo tipo y objetos de uso impreciso. Otros tan solo quieren matar el rato y deambulan, curiosos, de puesto en puesto, con las manos en los bolsillos y despreocupados, sin ningún objetivo en la mente, pero atentos a la última ganga del día.