ESTAMPAS BILBAÍNAS

Un grupo de niños de Deusto posa con sus triciclos

:: MIGUEL ARCE- COLECIÓN EDOZEIN

CUANDO LA CALLE ERA EL ESPACIO PARA LOS JUEGOS

Mucho antes de que las consolas electrónicas nacieran, los niños tenían la calle como el mejor espacio para corretear y donde se entretenían con un sinfín de juegos, en función de cada temporada.

1962

Un grupo de niños de Deusto posa con sus triciclos. El barrio y sus calles es el espacio idóneo donde disfrutar del juego en grupo y al aire libre. Se reivindican la imaginación, la colaboración y la diversión en compañía de los amigos.

Las diversiones tradicionales transcurren siempre fuera de casa. La imaginación suple con creces los pocos recursos con que generalmente se cuenta. Muchos de los pasatiempos se conocen gracias al Camino de Santiago. Los peregrinos transmiten juegos franceses, italianos y centro-europeos: canicas, chapas, escondite, gallinita ciega, trompa, rayuela, truquemé, tabas, la comba... Son casi infinitos.

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