Monseñor Larrea, entre Dani y Clemente, levanta el trofeo en la Basílica de Nuestra Señora de Begoña.
EL CORREO ESPAÑOL-EL PUEBLO VASCO martes, 8 de mayo de 1984
IX
EL NERVION, EN ROJO Y BLANCO
No hicieron falta ayer las campanas para reclamar
la presencia de los feligreses en la basílica de
Begoña. Horas antes de la llegada de los
campeones, los fieles de la Amatxu y del Athlétic
abarrotaban el templo y las campas más próximas
en espera de la celebración de la «Ofrenda de la
Copa». La ceremonia, que contó con el calor de las
más de mil personas que pudieron acceder al
interior del templo, estuvo presidida por el obispo
de la diócesis de Bilbao, monseñor Larrea, que
dedicó unas entrañables palabras a los
campeones».
Clemente: «El triunfo es/o de menos, hemos venido a ofrecer nuestros esfuerzos, como todos los años»
MONS. LARREA: «SOIS SIMBOLO YEXPRESION
DE LA HERMANDAD DE NUESTRO PUEBLO»
Arantza Furundarena
r
Más de mil personas reci-
bieron con una cerrada ova-
ción a los campeones de Ath-
letic en la basílica de Begoña.
Entre el flamear de las bande-
ras y los gritos de la afición,
los jugadores, el entrenador y
el presidente pudieron acer-
carse hasta el altar para pro-
ceder a la celebración del
ofrecimiento de la Copa a la
Amatxu, que comenzó con un
unánime «Agur Jaunak».
El acto, que contó con una
excelente organización, sa-
namente desorganizada por
la alegría de los presentes,
estuvo concelebrado por el
obispo de la diócesis de Bil-
bao, Monseñor Larrea, su au-
xiliar, don Juan María Uriarte,
don Fernando Alkorta, parró-
co de Begoña, don Germán
Aldama y don José María An-
goitia. Durante el mismo, se
produjeron dos momentos de
silencio emocionado cuando
tomaron la palabra el presi-
dente del Club rojiblanco, Pe-
dro Aurtenetxe y el obispo. El
resto fueron canciones,que
todos coreaban, y la entrega
de un regalo, un bonito detalle
en forma de pañuelo que fun-
día en rojo y blanco la imagen
de la Virgen de Begoña con el
escudo del Athlétic, y que
monseñor Larrea anudó en el
cuello de los campeones.
Niño perdido y hallado en
el templo
La basílica de Begoña nun-
ca pareció tan pequeña. Des-
de horas antes de que diera
comienzo el acto de la ofren-
da de la copa a la Amatxu, el
templo se encontraba abarro-
tado. Fuera, la Ertzaina trata-
ba de contener a una multitud
que hervía en cantos y bande-
ras rojiblancas, deseosa de
ver al menos la entrada de los
campeones en la iglesia. En el
interior del templo, se ensa-
yaban ya los himnos, las can-
ciones y las oraciones, dirigi-
das desde un altavoz que en
un momento determinado
quedó suspendido en una no-
ta para dar un aviso urgente:
se había perdido un niño. Es-
te pequeño detalle, que al pa-
recer se resolvió felizmente y
con rapidez y que se repite
con tanta frecuencia en los
grandes almacenes, no deja-
ba de sorprender en el inte-
rior de una iglesia, donde ha-
bitualmente los niños llegan y
permanecen de la mano de
sus padres. Pero ayer era un
día especial, y el episodio ser-
vía para dar la dimensión del
masivo acontecimiento.
«Un camino a seguir»
El obispo y los sacerdotes
que habían de celebrar la
ofrenda tampoco podían disi-
mular su alegria mientras se
abrían paso entre los niños
que ya habían trepado hasta
el altar para situarse más cer-
ca de sus ídolos. Tras el reci-
bimiento al Athletic, con la
iglesia en pie coreando el
Agur Jaunak, y después de
que los jugadores, acompa-
ñados por el órgano de José
Manuel Garmendia, cantaran
«Hijos de Vizcaya», el presi-
dente del Club, Pedro Aurte-
netxe pronunció, en euskera
y castellano un breve discur-
so: «Hemos ganado de nuevo
Madre, somos otra vez cam-
peones. Pero estas copas
que te ofrecemos no están
vacías, las hemos llenado con
nuestro empeño por hacer un
hombre vasco alegre y sano.
El hombre que ha de integrar
una sociedad fraternal, que
sea capaz de salir de los pro-
blemas que nos acosan. Pero
también nos acordamos de
muchos jóvenes de nuestro
pueblo rotos por la violencia y
por la droga. Que para ellos,
el ejemplo de nuestros depor-
tistas sea un camino a seguir.
Aquí tienes nuestras copas.
Madre de todos nosotros son
para ti». Las palabras de Aur-
tenetxe fueron el inicio del
ofrecimiento de los trofeos
cosechados por el Athletic
durante esta gloriosa tempo-
Noriega, «Pizo» Gomez, Andrinua y Cedrún, al abandonar Begoña para dirigirse al Ayuntamien-
to.
rada a la Virgen de Begoña,
patrona del Club, y tuvieron
su contestación en las del
obispo.
«Ejemplo de nobleza»
Monseñor Larrea quiso re-
ferirse a la larga tradición que
acompañaba a la ceremonia
ayer celebrada, «Habeis que-
rido venir como vuestros ma-
yores en épocas lejanas a
ofrecer a la Virgen de Begoña
vuestros trofeos...» Más tar-
de subrayó las palabras de
Aurtenetxe acerca del espíri-
tu que debe caracterizar al
deportista: «Vosotros sois en
este momento símbolo y ex-
presión de la hermandad de
nuestro pueblo. Ojalá la Vir-
gen nos alcance que esta fra-
terna armonía de hoy se ex-
prese
y manifieste en otros
órdenes de nuestra vida. Es-
peramos que seais siempre
deportistas íntegros, ejemplo
de nobleza y caballerosodad
con los demás».
Después de ofrecer como
pequeño obsequio a los cam-
peones el pañuelo que para
siempre unirá la imagen de la
Amatxu con el escudo del Ath-
letic, el obispo, ayudado por
Javier Clemente elevó la Co-
pa con un emocionado gesto
hacia la Virgen de Begoña,
primero, y posteriormente
hacia el público que despidió
a los «leones» con otra ova-
ción más calurosa, si cabe,
que la anterior, mientras co-
reaba el Begoñako Andra
Madri. Terminada la ofrenda,
los athléticos decidieron to-
marse un minuto de descan-
so en la sacristía, donde fue-
ron felicitados por el obispo y
los sacerdotes que habían
protagonizado el acto y por
algunos de sus familiares. Ja-
vier Clemente, que no dejó de
firmar autógrafos ni en la sa-
cristía puntualizaba a los pe-
riodistas sobre la ofrenda a la
Virgen: «Los del triunfo es lo
de menos, nosotros hemos
venido a ofrecer nuestros es-
fuerzos, como todos los
años».




