ALAVÉS-LIVERPOOL

FINAL DE COPA UEFA 2001

El día que acariciamos la gloria

ALAVÉS-LIVERPOOL

Hace 15 años

el Alavés, un modesto club de una pequeña capital, disputó la final de la UEFA más bella, épica y cruel de la historia.

ALAVÉS-LIVERPOOL

Jamás será olvidada

Scroll

Fútbol de misa mayor Por Ángel Resa

Hace 15 años el Alavés, un modesto club de una pequeña capital, disputó la final de la UEFA más bella, épica y cruel de la historia. Jamás será olvidada

Un Glorioso conmovedor tuteó a un Liverpool que, por historia, exigía tratamiento de usted

Bastaría el arranque de este artículo para explicar la grandeza inaudita de aquel 16 de mayo de 2001. Con decirles que Foronda pareció esa jornada el aeropuerto londinense de Heathrow o el neoyorquino JFK… Les juro por la memoria eterna de Ciriaco y Quincoces que aquella mañana despegaron aviones de la terminal vitoriana. Y a mansalva. Horas antes, con la fresca, nos habíamos reunido miles de aficionados –muchos de acreditado pedigrí alavesista y otros sobrevenidos– en el aparcamiento de Mendizorroza con la camiseta diseñada para la ocasión. Sigo pensando, quince años después, que aquella jornada gloriosa, acorde al apelativo del bravo equipo albiazul, deberíamos haber vestido nuestros colores tradicionales en el choque ante aquella horda de ‘rojos’. Hablo en sentido deportivo, claro está, que de trincheras políticas estamos hasta el gorro. Pero ahí andábamos, con una réplica de la elástica ‘xeneize’ del Boca Juniors como si fuéramos a enfrentarnos al River Plate en el superclásico argentino.

Sí puedo recordar, aunque no quiero, las penalidades que padecimos los damnificados del aeroplano número 13 que me convencieron sobre la existencia de los números malditos. Haberlos, haylos, pensé mientras rebuscaba en vano algún apellido gallego en mi árbol genealógico. Pero vamos a los recuerdos imborrables, a la llegada a los aledaños de ese estadio impresionante donde un domingo tras otro agitaban sus banderas enormes los hinchas del Borussia de Dortmund. Unas tribunas inmensas y verticales que acongojarían aún más en un plano cinematográfico contrapicado. Semblanzas de unas horas previas a la mejor final europea jamás vista dominadas por la ilusión de niños la víspera de Reyes (nosotros) y la estampa sobrecogedora de los ‘hooligans’ ingleses. Nunca habíamos presenciado tal acumulación de barrigas cerveceras de tipos con vasos de lúpulo y cebada en la mano.

Allí serpenteábamos, con el escozor emocionante que procura el fútbol de misa mayor, revueltos y reunidos por las indumentarias albiazules, rosas y argentinas. Envueltos en los sones de un orfeón. Porque hay que oír cómo cantan los ingleses cuando miles de voces acompasadas acuerdan el ‘You’ll never walk alone’. Claro que los feligreses del Deportivo, aun vestidos de forma tan poco castrense, tampoco dejamos solo al equipo. Ni siquiera cuando el autogol de Geli en el minuto 118 nos supo a hebra de tabaco rancio que hace nido entre los dientes.No desmayamos y eso que el 2-0 adverso en el minuto 16 vaticinaba un escarnio. Algo que en modo alguno admitió la tropa de Mané, autora de sucesivas reacciones conmovedoras. El Glorioso había nadado hasta la orilla por algo. Desde luego con bastantes más argumentos que los que ponen las gallinas. Aquel Deportivo no sólo le echaba un par, sino que jugaba realmente bien al fútbol. En el cuarto de pensar reciente vivían la eliminatoria contra el Inter del Chino Recoba o la campaña imperial por tierras alemanas. Y el Alavés de Dortmund refrescó esas sensaciones para hablar de tú a un Liverpool que por historia exigía tratamiento de usted. Admito que al cuarto de hora de empezar el partido se me pasaron por la cabeza escenas rurales de Regional y Tercera, extremos como Pana y Frechilla, mi pasión infantil por Kaítos o la reverencia que profesaré a Morgado hasta el final de mis días. También reparé en Señor o Valdano mientras procuraba devolver las lágrimas salientes a la cuenca de los ojos. Pero Contra subía la banda cien veces, Javi Moreno remataba y me brotó de la garganta aquella canción de Héroes del Silencio que vocalizaba Bunbury. “Te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar”. Nunca una derrota elevó de tal modo y a la enésima potencia el orgullo de pertenecer al Glorioso.

Así fue la final Haz click y scroll para leer la narración del partido y ver los vídeos

ESTADÍSTICAS 16 de mayo de 2001.20:30 horas.Westfalenstadion de Dortmund — 65.000 espectadores.

LOS HÉROES

El Alavés conjuntó en 2001 una plantilla modesta, pero que brilló a un nivel excepcional. Algunos jugadores recuerdan hoy cómo vivieron aquella gesta. Haz click para ver los vídeos.

MARTÍN HERRERA

El portero de la final

El guardameta que defendió los colores albiazules en la final tomó rumbo desde Vitoria al Fulhan inglés, antes de dar el salto y regresar a Argentina.

JORDI CRUYFF

La estrella

El hijo de Johan recaló en el Alavés procedente del Manchester United, que le cedió al Celta antes de quedar libre y fichar por los vitorianos. Marcó el empate a 4 que forzó la prórroga, uno de los momentos cumbre de su carrera. Ha continuado ligado al fútbol y es director deportivo del Maccabi Tel Aviv (Israel).

ANTONIO KARMONA

El capitán

El capitán de aquella plantilla, vizcaíno de Bermeo. Terminó su carrera deportiva en el Eibar. Continúa ligado al fútbol, concretamente en el Athletic de Bilbao, al cuyo cuerpo técnico se unió una vez que colgó las botas.

IVÁN ALONSO

El goleador, aún en activo

El uruguayo, de 37 años, continúa en activo. Tras dejar el Alavés pasó por el Murcia, Espanyol, Toluca (México) y Nacional de Uruguay hasta recalar a principios de este año en el histórico River Plate argentino. Alonso marcó el primer gol del Alavés en la final de Dortmund, el que metió a los albiazules de nuevo en el partido.

MARTÍN ASTUDILLO

Icono albiazul

Fue uno de los jugadores que más tiempo se mantuvo en Vitoria tras acariciar la gloria en Dortmund. Tras pasar por Osasuna, regresó a Argentina, donde volvió finalmente al club de su ciudad, Mendoza, el Atlético Argentino, donde había iniciado su carrera.

PABLO GÓMEZ

El vitoriano de la final

El único vitoriano que saltó al césped en Dortmund (en el minuto 64, en sustitución de Javi Moreno), tuvo aún algunos años más de fútbol en su botas, pero después regresó a Vitoria y se dedicó de pleno a negocios de hostelería, un sector al que no era en absoluto ajeno dada la tradición familiar.

HERMES DESIO

Recuerdo imborrable

Otro argentino del grupo que terminó regresando a su país junto a su familia. Desde hace un tiempo se encarga de la categorías inferiores del Estudiantes de la Plata, pero sigue de cerca la actualidad del Alavés, el club que le dio gloria. No hace mucho mandó un mensaje a los aficionados vitorianos con todos sus ánimos para el ascenso.

COSMIN CONTRA

El lateral que deslumbró a Europa

La temporada que hizo con el Alavés en 2000-01 le abrió las puertas de la mitad de los clubes de Europa. FInalmente eligió el Milán, pero ya no brilló tanto como lo había hecho en Mendizorroza. Su periplo continuó por el Atlético de Madrid y el Getafe antes de colgar las botas en el Timisoara de su país, Rumanía, donde comenzó a entrenar. Su último destino como técnico ha sido el Guangzhou de China.

OSCAR TÉLLEZ

El gran central

Tras la final de la UEFA, Téllez siguió vinculado al Deportivo Alavés hasta la llegada de Piterman a la presidencia del club. Fue uno de los valientes que se revolvieron ante los modos del nefasto dirigente ucraniano. Regresó a Madrid, se sacó el título de entrenador y ha estado vinculado a las categorías inferiores de algunos clubes

DELFÍ GELI

La mala suerte

Suya fue la mala suerte de impulsar al fondo de su propia portería el balón que, en el 118 de partido, dio la victoria al Liverpool. Con ese momento como pesada losa, Gelí abandonó el juego y se concentró en su faceta de entrenador, pero pronto le ha llegado el turno de pasar al despacho. Desde 2015 es presidente del Girona FC.

JAVI MORENO

El goleador

El bigoleador albiazul en la final fue quien tejió una carrera más brillante una vez abandonó Mendizorroza. El gran año de Vitoria le abrió las puertas del Milan, con el que marcó 9 goles en 28 partidos, antes de recalar en el Atlético de Madrid, Bolton, Zaragoza, Córdoba, Eivissa y Lucena. El salto al banquillo le llevó a dirigir al Utiel y al Novelda.

MANÉ

Entrenador

Quizá el mejor entrenador que ha tenido el Deportivo Alavés en su historia dejó el club despedido, un 28 de abril, San Prudencio, de 2003, como paso obligado para intentar la reacción de un equipo que se hundía. En las seis temporadas que estuvo en Vitoria, Mané alcanzó cotas impensables para un club como el Alavés. Tras dejar Mendi, pasó por el Levante, al que ascendió; Athletic, al que salvó del descenso y Espanyol. Vive en Vitoria, retirado del fútbol.

LAS CIFRAS

13 partidos
35 goles a favor
20 goles en contra
6 goles marcó Javi Moreno (pichichi)

LA FINAL, EN TRES TOQUES Los recuerdos

Las fotos

La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
La afición

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
El partido

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
La desolación

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 
El recibimiento

 

 

#YoestuveenDortmund

Hemeroteca

EL CORREO hizo un gran esfuerzo por narrar la épica final desde todos los puntos de vista. Este fue el resultado.