ESTAMPAS BILBAÍNAS

:: MANU CECILIO
QUIÉN DIJO MIEDO A LO QUE DIGA LA BÁSCULA
Durante gran parte del siglo XX el control del peso corporal se realiza casi a la vista de todo el mundo, porque las básculas se ubican sin ninguna privacidad en locales públicos e incluso en plena calle.
1953
Una mujer controla su peso en la calle de la estación.. Aunque la imagen resulte ahora sorprendente, es una muestra habitual de los ambientes urbanos, donde este tipo de máquinas forman parte del paisaje cotidiano.
Mucho antes de que llegaran las balanzas personales o de baño y los nutricionistas, la ceremonia del pesaje es casi pública. Diversos establecimientos, como las estaciones de tren y de autobús, ponen a disposición de sus clientes este tipo de artilugios mecánicos que determinan el peso corporal de quien los usa, en combinación con el horóscopo u otro aliciente esotérico e incluso alguna chuchería como premio.