ESTAMPAS BILBAÍNAS

Jóvenes aristócratas colocan flores a dos agentes

:: FOTO ESPIGA-BLANCO Y NEGRO

POSTULANTES VOLUNTARIAS EN LA FIESTA DE LAS FLORES

Decenas de jóvenes participan en la cuestación organizada para recaudar fondos con destino a la construcción de un dispensario antituberculoso. La enfermedad es uno de los azotes más grandes de la época.

1918

Jóvenes aristócratas colocan flores a dos agentes. La celebración de la fiesta de las flores viene precedida de una serie de conferencias sobre la tuberculosis a cargo de notables médicos y oradores ilustres en el auditorio de la Sociedad Bilbaína.

Con la insignia de la Liga Antituberculosa, «un centenar de bellas señoritas», como dice Blanco y Negro, asaltan a los viandantes, tranvías y coches para solicitar donativos a cambio de flores. Como estas se terminan pronto, las postulantes llegan a retirarlas de las solapas de los que ya han pagado para volvérselas a poner a otros transeúntes. La recaudación alcanza las 60.000 pesetas (hoy unos 100.000 euros).

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