ESTAMPAS BILBAÍNAS

:: OTO BUERBA-ARCHIVO EL CORREO
MANTILLAS Y PEINETAS, MUCHA PLUMA Y CANOTIERS
Un cartel de toros de José Arrúe describe el mundo taurino de principios del siglo XX. Un crisol de mantillas y peinetas, junto con señoritos vestidos al igual que los de Atxuri y personajes castizos y aldeanos.
1905
Alta alcurnia en los palcos del coso taurino bilbaíno. La importancia cultural de la fiesta es innegable, y de hecho salta a ámbitos como la pintura, la música, la literatura y la ecología. Atrae por igual a las clases altas y populares.
Lejos del cliché tópico que algunos adjudican a las ‘bilbainadas’, las Corridas Generales tienen raíces históricas y taurinas. Vienen del primer tercio del siglo XVIII; el nombre se acuña para diferenciar la fiesta de toros, reglada y organizada de acuerdo con los criterios de la época, de los anteriores festejos de génesis popular que se venían celebrando hasta ese momento. Esa denominación aparece en 1730.