De pastor de Urduliz a agente doble

José Laredogoitia, un estafador y mujeriego, trabajó para los nazis y el FBI. Fue clave para desmantelar las redes de espías alemanes

Dos marineros vascos detenidos por espiar para los nazis en Philadelphia

Dos marineros vascos detenidos por espiar para los nazis en Philadelphia

Alias ‘Joe Littel’. Alias ‘Bromo’. Alias ‘José Gezurrak’. Alias ‘G’. Alias ‘ABC’. El pastor de Urduliz José Laredogoitia Menchaca utilizó todos estos apodos a lo largo de su etapa como agente doble en la que trabajó para los nazis y el FBI. Consiguió desvelar toda la trama de espías alemanes de Bilbao y se convirtió en una pieza clave en la guerra de inteligencia entre los dos lados del Atlántico. Y lo hizo bien porque era un golfo.

Laredogotia Menchaca había viajado a Estados Unidos en 1912 en busca de fortuna, esperando que su hermano, uno de los cientos de pastores vascos emigrados a Idaho, le ayudara a prosperar. Pero en EE UU no tardó en meterse en líos. Tenía fama de mujeriego y estafador y, tras varios incidentes legales, fue deportado a España en 1941 por firmar cheques sin fondos. En el viaje, a bordo del vapor ‘Marqués de Comillas’, voceó su admiración por Franco y pronto fue captado por el barbero del buque, Valeriano Peña, colaborador pronazi de la red de espías de Bilbao.

¿Quién es?

Valeriano Peña

Era el barbero del buque ‘Marqués de Comillas’ en el que Laredogoitia viajó a Bilbao tras ser deportado de Estados Unidos. Agente nazi, se encargó de introducir en la red de espías al pastor de Urduliz.

Al llegar a Euskadi, dos policías que colaboraban con los alemanes, Alejandro del Carmen y Aparicio Cabezas, le ayudaron a pasar los controles. No tardó en entrar en contacto con el jefe de la red, el capitán Lang, quien se encargó de captarle e instruirle. Le encomendó diversos cometidos, como ser responsable de cifrado o infiltrarse en el consulado estadounidense de Bilbao. Todo ello por dinero. Lang le había entregado 25.000 pesetas y recibía cada mes otras mil.

Imagen del barco 'Marqués de Comillas'

Imagen del barco 'Marqués de Comillas'

En 1942, el pastor de Urduliz ya había seducido al capitán nazi. Entonces, recibió su primera misión de envergadura. Debía viajar a Estados Unidos y allí preparar su propia red de espías entre la colonia vasca. Laredogoitia, al que los alemanas impusieron el alias de ‘G’ por la localidad de Gernika, navegó hasta Filadelfia y allí se pasó al enemigo. Fue el Gobierno vasco en el exilio, que disponía de su grupo de espías –el Servicio Vasco de Información–, quien le ayudó a cambiar de bando.

La documentación divulgada por la CIA recoge el interrogatorio al que Laredogoitia fue sometido para cerciorarse de que su historia era cierta –en ese momento delató a los espías alemanes que estaban en Bilbao–. Y también los textos que el Gobierno del lehendakari Aguirre –instalado en Nueva York y dispuesto a congraciarse con Estados Unidos en la creencia de que los americanos irían a por Franco tras derrotar a los nazis– hizo llegar al FBI. En uno de esos escritos, los nacionalistas cuentan que Laredogoitia era conocido como ‘José Gezurrak’ (‘José mentiras’), pero dan valor a su testimonio. No obstante, advierten al FBI: «su actitud no tiene nada que ver con la conducta recta e íntegra que llevan los vascos».

El Gobierno vasco en el exilio ayudó al espía a cambiar de bando y le condujo al FBI

Información falsa

El pastor de Urduliz entró en el gran juego. Su caso llegó a manos del mítico director del FBI, Edgar Hoover, y del máximo responsable del OSS, William ‘Bull’ Donovan. Los agentes americanos, que le pusieron los alias de ‘Joe Littel’ y ‘Bromo’, comenzaron a suministrarle información falsa para que la transmitiese a los nazis, al tiempo que le conminaban a conseguir datos sobre los espías alemanes repartidos por Sudamérica. Cruzó el Atlántico en numerosas ocasiones, engañando siempre a su jefe nazi de Bilbao, y consiguió los datos que le pedían los americanos.

¿Quién es?

José Laredogoitia

Pastor de Urduliz. Intentó hacer fortuna en Idaho, en la colonia vasca, pero fue deportado por las autoridades americanas por un delito económico. Regresó a Bilbao y fue captado por Lang, quien le adiestró y le convirtió en un espía. En 1942, en su primera misión en Estados Unidos, cambió de bando con la ayuda del Gobierno vasco en el exilio y se convirtió en un agente doble. Se retiró a un rancho de Montana al acabar la Segunda Guerra Mundial.

Según el historiador David Mota, su papel fue clave a la hora de manipular tanto a los alemanes como a los japoneses, «y realizó grandes servicios como ocultar documentos que habrían ayudado a los submarinos nazis a localizar la flota americana en el Caribe». «Además», agrega Mota, «permitió desmantelar las redes de agentes nazis en Sudamérica». En 1945, con los alemanes ya vencidos, el FBI llevó a cabo la única operación conocida contra los miembros de la red. En Filadelfia se detuvo al vizcaíno Pablo Mesa Lejarreta y al donostiarra Emilio Ipes por espiar para los nazis. Ambos fueron condenados gracias al testimonio de Laredogoitia.

Tras la derrota de Hitler, el pastor de Urduliz desapareció. Según David Mota, se retiró a un rancho que había adquirido en Montana con el dinero conseguido como agente doble. Hasta el último día de la guerra estuvo cobrando 1.000 dólares al mes de los nazis.