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María Ángeles Elejalde

Química (94)

Entonar el adiós con serenidad

Estos tiempos locos que nos está tocando vivir están haciendo que tengamos que estar alejados de todo aquello que nos daba alegría. Todo lo que considerábamos una vida plena y satisfactoria ha saltado por los aires por algo minúsculo. Nadie lo esperaba. Ninguno éramos capaces de prever al principio estas consecuencias. La peor de todas es que hemos tenido que decir adiós sin decir adiós, y eso es algo que duele más aún, si cabe. Nuestra tía María Ángeles fue capaz de entonar ese adiós, o al menos de intuirlo cuando se la llevaban en ambulancia al hospital por una insuficiencia respiratoria. Unas horas más tarde, con el diagnóstico, la despedida definitiva se convertía en cuestión de tiempo. Noventa y cuatro años de experiencia, una inteligencia por encima de la media y la fe que siempre la acompañaba hicieron que fuera capaz de afrontar el final con una serenidad que para nosotros quisiéramos. Fue una persona bondadosa, culta y preparadísima que luchó en guerras que por entonces ni se luchaban y de las que siempre salió triunfante. Tuvo una vida feliz en Deusto. Todas sus hermanas, sobrinos, sobrinos-nietos, junto con todos los familiares que la queríamos y todas las personas que la conocimos, la recordaremos así: siempre con una sonrisa.

Eduardo Elejalde de Cobosobrino-nieto de la fallecida, en nombre de toda su familia