María Cruz Aristi Olaizola
Cocinera y ama de casa (92)
Un ángel de gran corazón
La pequeña de cuatro hermanas y un hermano. Nacida en Azkoitia, aunque la mayor parte de su vida la pasó en Bilbao. Luchadora empedernida, ya que perdió a su padre con siete años y tuvo que abandonar su casa bien joven en busca de trabajo. Una niña que sobrevivió a la guerra y posguerra. Trabajó como una bestia y sin estudios educó a sus hijos. Para ella lo más importante en esta vida era ayudar a los demás; de hecho, pensaba que Dios algún día se lo recompensaría. A pesar de las adversidades, ha sido un claro ejemplo de superación. La vida no fue un camino de rosas para ella, pero siempre sacó la fuerza necesaria para combatir todo aquello que se interponía en su felicidad. Txuriurdin amante de los animales, sus fieles compañeros de vida, los cuales eran su medicina diaria al no poder salir a la calle. La salud no le acompañaba mucho, pero ni si quiera el cansancio o la fragilidad podían con su fuerza, ni con su capacidad de sonreír. Nos enseñaste que la vida arruga la piel, pero no vivirla con amor arruga el alma, de hecho, cada persona que la conocía acababa enamorada de ella por su simpatía, buen corazón y bondad. Ahora, convertida en ángel de la guarda, va a seguir apoyándonos y ayudándonos, como lo había hecho hasta ahora. Nunca hubiésemos imaginado que te irías de esta forma, sin poder estar contigo, sin darte un último beso o achuchón. Pero no te preocupes porque cuando pase todo esto, tendrás una despedida como la que tú querías tener. Amama izugarri maite zaitugu.