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Manuel Cabo Formoso

Carpintero (91)

Gracias por las sonrisas que nos regalaste

Nacido en Acea (Ourense), como muchos otros gallegos, llegó a Euskadi en busca de una vida mejor para su familia y se asentó en Ermua. Carpintero de profesión, nos enseñaste tu amor por la madera y el trabajo. Un hombre reservado, lleno de ingenio, generoso y lleno de bondad. Compartiste tu vida con Modesta. Ella ponía palabras a tu vida y tú, fuerza a la suya. De este amor nacieron vuestros dos hijos MªCarmen y Manuel. Tus sobrinos te recuerdan con cariño. Tus inventos, tu amor por el pulpo, los viajes en tu coche y tus bromas pasaron de generación en generación. Pero sobre todo fuiste el mejor abuelo: paciente y tierno. Cada bastón que fabricaste para que caminásemos por los senderos de tu querida Galicia seguirán acompañándonos cada verano. Tu mirada hablaba y tus ojos de dos colores miraban con amor. Hace algunos años, el ladrón de los recuerdos –el alzheimer– apareció en nuestras vidas, pero nunca se pudo llevar tus tesoros más importantes: el amor por los tuyos y la sonrisa que siempre iluminaba tu cara. Abuelo, tú nos enseñaste la importancia de ser familia. Fuiste la mayor lección de lucha en esta vida. Te quiero mucho abuelo.