Fuerte hasta el último aliento

Mi padre falleció en Durango el 19 de abril de causas naturales. Esta triste fecha coincidió con el día del cumpleaños de su mujer. Fue un empresario que deja viuda, cuatro hijos y siete nietos. Se trató de un hombre hecho a sí mismo, un cliché que lo describe bien. Supo mantenerse fiel a su carácter fuerte y a una personalidad vital, decidida y emprendedora hasta el último día de su vida. Siempre supo qué quería hacer y luchó por hacerlo contra viento y marea. No era un hombre que se dejara llevar por la opinión de otros, ni siquiera por la de su familia más próxima. Aunque llevaba años con varios problemas de salud, nada extraordinario para una persona de su edad, poco o nada hacía pensar en un desenlace fatal e inminente la víspera de su fallecimiento. Durante la madrugada del domingo 19 de abril, fue consciente de que algo iba mal y pidió ayuda. Nada se pudo hacer por su vida para cuando llegó la asistencia médica. Su cuerpo fue incinerado y sus seres queridos aguardamos el momento en el que se le pueda dar un último y público adiós. Una despedida que espera a que se dibuje una nueva realidad que lo permita, una espera que compartimos con muchas familias en nuestra misma situación. Entre tanto, nuestra realidad actual nos obliga a recibir las muestras de apoyo, afecto y cariño a distancia o intermediadas por las tecnologías, lo cual agradecemos.