Amante de la familia, el fútbol y la literatura

Bautista, fuiste el compañero de vida de tu mujer, Felisa, desde y para siempre. Estuvieron el uno para el otro hasta el final. Tus hijos, Mari Feli y Juan siempre valoraron tu gran corazón. Tus segundos hijos fueron Isidro e Isabel, a los que siempre trataste con el cariño que te caracterizaba. Tus nietos, Irazte, Tania, Jon e Idoia, a los que siempre acompañaste y brindaste el cariño que necesitaban y con los cuales viviste grandes momentos. Cuando miramos hacia atrás, vemos a un hombre que amaba su trabajo, su familia y la vida. La viviste al máximo y con mucha pasión. Desprendías vitalidad allá donde ibas, pero sobre todo contagiabas la alegría. Te recordamos contando las historias de juventud en tu pueblo, Villaverde de Medina, que te vio crecer y convertirte en la gran persona que fuiste. Luego te afincaste en Bilbao. Entre esas historias, no olvidaremos cómo nos divertías con tus cantos. Te recordaremos extrovertido, amable. También te recordaremos con un libro, te encantaba leer, saber de todo y filosofar. Una de las actividades que más disfrutabas ir en bici, en esos paseos por Alicante previos a que el sol comenzara a calentar; y si los podías hacer con tus nietos, mucho mejor. Te damos las gracias por lo buenos momentos que hemos podido disfrutar a tu lado. Te llevas contigo un pedacito de cada uno de nuestros corazones. Y dejas en los nuestros tu esencia para siempre. Te queremos y jamás te olvidaremos.