Su mayor ilusión era ver a sus nietos

Mi padre falleció el pasado 7 de abril en el Hospital de Mendaro tras una larga lucha contra una enfermedad que arrastraba de varios años atrás. Finalmente, no fue esa dolencia la que pudo con él, sino el coronavirus. Era una persona muy tranquila, siempre con una sonrisa en la cara y muy cariñoso. No obstante, tenía algún rasgo autoritario, características que se fueron diluyendo a partir de la muerte de la que no solo era su mujer, también su compañera de vida. Estudió Magisterio, pero se dio cuenta de que esa no era su vocación y tras diferentes trabajos la descubrió: ser comercial. De esta profesión disfrutó hasta que se jubiló. En su tiempo libre, disfrutaba estando en familia; era muy casero y hogareño. De las cosas que más ilusión le hacían era que sus nietos y nietas le visitasen y poder así pasar tiempo con ellos. No era un hombre de salir mucho a la calle, pero no perdonaba su café y su paseo diario bajo ningún concepto. Con el paso del tiempo y con la excusa de bajar a tomar un café, le obligábamos a que se moviese un poco. Esta pandemia mundial que nos está afectando se ha llevado consigo a una persona noble y alegre, dejando un vacío en las vidas de los que más te queríamos. Un sabor amargo por no habernos podido despedir de ti como te merecías y no haberte podido acompañar en tus últimos días. Siempre estarás presente en nuestros corazones, te queremos.