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Isidro Angulo Martínez

Obrero metalúrgico (88)

Genio considerable y autodidacta

Gracias papá. He podido conocer el devenir de la vida a través de ti. Al principio de carácter rudo y genio considerable, con errores incluidos, pero el paso del tiempo atrajo la cordialidad y tu espíritu más sociable. Tu vejez te tenía reservado tu lado más dulce y un amor incondicional por la vida. Residía en Bilbao. Su casa estaba en la calle Pablo Alzola, pero los últimos 10 años decidió trasladarse a la Residencia Sarrikue (Domus Vi). Siempre has sido buena gente, una persona con clase, formal y responsable, sin prejuicios e interesado en las personas. Tu máxima premisa consistía en que la gente pensara y, sobre todo, en que se procurara mejor vida. Sin ningún tipo de educación escolar, siempre has estado volcado en el progreso y me fascinaba que eras un absoluto autodidacta. Gracias a ti y a mamá me convertí en lectora de prensa diaria a los 12 años... ‘La Gaceta del Norte’, ‘El Correo’... Cuántas clases de economía me has dado. Siempre he admirado tu curiosidad y el ansia que has mostrado por el saber. Sin lugar a dudas, mamá y tú fuisteis mi mejor escuela. Estos últimos años junto a ti me han convertido en mejor persona y más fuerte también. Has conseguido que mi mente se abra a muchas posibilidades y has avivado mi interés por el saber, más si cabe. Gracias papá por tanto, por lo que me has enseñado y por encaminarme a una buena vida. Te quiero. Gracias, gracias.