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Gregorio Zabala Gaminde

Perito industrial (76)

Un guerrero con tradición vasca

Gregorio Zabala, hijo, hermano, padre, aitite, esposo, nos has dejado huérfanos a todos. En Santurtzi hiciste tu vida, donde te mudaste en 1969 luego de nuestra boda. Siempre fuiste un gran acompañante, tenías las tres eses del vasco, serio, sencillo y silencioso. Tus grandes aficiones eran la música vasca y la danza. Seis meses atrás venciste una batalla importante, saliste adelante después de una operación de corazón; tu fortaleza siempre te marcó como persona. En enero, tuviste una recaída y volviste a levantarte. En marzo llegó una segunda caída. Tras este derrumbe no pudimos volver a verte, únicamente tu hijo. Y al entierro solo pudimos asistir tu esposa Margarita, tu hijo Íñigo y tu hermana política Rosario. Tu trabajo siempre te apasionó, dentro hiciste grandes amigos los cuales te recordarán siempre con cariño. Tus compañeros del trabajo, de la mili y tus amigos de la juventud con los que solías reunirte cada seis meses para compartir con ellos una gran comida te van a recordar siempre como un gran amigo. Nunca estuviste cercano a los vicios y a los malos ejemplos, te mantuviste prudente cuando hablabas de política o economía y buscaste ser un ejemplo para los que te rodeaban. Queremos agradecer a todos por este homenaje, así como a médicos, sanitarios y todas las personas que trabajan para que salgamos de este drama. Si existe el más allá, espero que Gregorio y todas las personas buenas tengan un lugar para descansar en paz.