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Eugenia Morán Buiza

Ama de casa (96)

Una gran luchadora

Querida ama. No sabes cómo siento en el alma que te hayas ido con las circunstancias actuales que nos ha tocado vivir, algo inimaginable, y que no pudiéramos despedirte de otra manera, como nos hubiera gustado. Solo espero que aunque no haya podido estar junto a ti todo lo que hubiera querido en tus últimos momentos, sientas que he estado cerca de ti siempre. Aunque supiera que tarde o temprano este día tenía que llegar, una vez que está aquí me cuesta hacerme a la idea de que no volveré a oír tu voz ni volveré a ver tu cara. Siempre te recordaré haciendo tus manualidades y tus proyectos de costura que tanto te gustaban y que con tanta ilusión y pasión nos enseñabas. Nos los mostrabas orgullosa y nosotros nos enorgullecíamos aún más viéndote tan contenta por ello. Sé también que la vida no fue fácil en Barakaldo por los tiempos que te tocaron vivir, pero supiste salir adelante con todo, privándote de muchas cosas por pensar siempre primero en nosotros y para que no nos faltara nunca de nada. Por eso te admiro, te respeto y te doy las gracias, aunque a mí me hubiera gustado que hubieras podido haber disfrutado un poco más de la vida, porque esa era tu mayor ilusión, aprovecharla al máximo. Qué descanses en paz. Te echaré mucho de menos pero seguro que te llevaré siempre en mi corazón el resto de mi vida.