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Elisa García Grajera

Ama de casa (93)

Dejas una gran huella

Ama, tú eras la fuerza personificada, la mujer con más fuerza que hemos conocido nunca. Fuiste una emigrante que se marchó desde tu tierra cacereña hasta el País Vasco. Ibas con la ilusión de lograr un futuro mejor, saliste adelante a pesar de que eran tiempos muy difíciles, con tu marido y vuestros cuatro hijos. Mucha gente te va a extrañar porque tú siempre lo dabas todo y nunca esperabas nada a cambio. La felicidad que te producía ver a toda la familia sentada a tu mesa no tenía límite. Daba igual lo que prepararas, tú siempre lo convertías en un manjar con tu ingrediente secreto: el amor. Fuiste una mujer abierta a los demás, y siempre fuiste el apoyo de mucha gente de tu alrededor. Tu hogar siempre estaba lleno de flores, una de tus grandes pasiones, y este maldito virus... te llevó sola, sin tan siquiera una flor cerca. Dejas una gran huella en todo el que te conocía, y un gran dolor en tus hijos y nietos. Siempre serás nuestro referente, no tengas duda de que seguiremos luchando porque tú, hasta tus 93 años, siempre nos enseñaste a no rendirnos nunca, y eres un claro ejemplo de ello. Ama, tu vida siempre será un gran ejemplo de fuerza y amor para todos nosotros, y siempre estarás en nuestros corazones. Siempre, contigo.