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Eduardo Galparsoro

Pensionista (65)

Entre la alegría y la tristeza

Tu vida fue un ejemplo de dignidad, sencillez y ternura. Supiste sobrellevar tu grave enfermedad con un coraje y una aceptación extraordinaria. Nos quedaremos siempre con tu sonrisa, tus ‘regalitos’, y la ilusión que te hacían nuestras visitas y llamadas. Te recordamos con un fragmento de Khalil Gibran sobre ‘La Alegría y la Tristeza’. «Pero yo os digo que ambas son inseparables. Juntas llegan, y cuando una se sienta a nuestro lado en la mesa, la otra espera durmiendo en nuestra cama. En verdad, estamos suspendidos, como fiel de la balanza, entre nuestra alegría y nuestra tristeza. Sólo cuando estamos vacíos nos sentimos quietos y equilibrados. Cuando el Guardián del Tesoro nos llame para pesar su oro y su plata, nuestra alegría o nuestra tristeza harán oscilar a un lado o a otro el fiel de la balanza». Has sido un ser de Luz que en medio de este lío has decidido marchar sigiloso pero sonriente. Somos muy afortunados por haber formado parte de tu familia, de tu existencia, y por haber aprendido tanto a tu lado. El Cielo no podía esperar ni un minuto más a este ángel terrenal para reunirse con nuestros padres en la eterna felicidad. Esperamos haber respondido al testamento que nos encargaron de cuidarte y acompañarte hasta el final. El amor es el mejor contagio. Inmuniza contra todo. Tu bondad, alegría, y fortaleza serían la vacuna contra la pandemia. Gracias por hacernos buenos a los que te hemos querido tanto y jamás te olvidaremos.