Carmen Palomo Rodríguez y Luis A. Álvarez
Empleada de limpieza y agente en Correos (87 y 55)
Gracias por los buenos momentos
Con estas líneas quiero rendir un pequeño homenaje a mis dos personas queridas recientemente fallecidas en un intervalo muy corto de tiempo. Las circunstancias nos han impedido despedirnos como hubiéramos deseado, pero aquí va nuestro adiós. Primero falleció mi hermano víctima de un derrame cerebral. Luis era muy trabajador y tenía un corazón enorme. Arrimaba el hombro siempre en todo lo que podía. Simpático y extrovertido, tenía un gran sentido del humor. Todo el que le conocía le guardaba cariño porque siempre se hizo querer. Fiel a su Athletic, estaba convencido de que la gabarra algún día volverá a surcar por la ría. A los 20 días fallecía nuestra madre. Mi ama, siendo muy joven, salió de su pueblo, Baltanás, y llegó a Bilbao donde trabajó para una familia en la que dejó un gran recuerdo. Luego se trasladó a Asturias, donde se casó y enviudó muy pronto, así que regresó al País Vasco, esta vez a Barakaldo. Ya con Luis y conmigo, con mucho trabajo y sufrimiento nos sacó adelante y nos dio un hogar. Era una trabajadora infatigable. Qué orgullosos estamos de ella. Aceptó cada obstáculo del camino y actuó para poder superarlo, como el río que erosiona las rocas. Su constancia era digna de elogio. Tenía un carácter fuerte, pero muy alegre y jovial. Cuando la ocasión lo requería, como buena baltanasiega, no rehuía de los momentos de fiesta y alegría. Por todo ello, por las alegrías que nos habéis dado a lo largo de la vida, por el apoyo en los malos momentos, por ser como sois y habernos enseñado tanto... Gracias ama, gracias Luis. Eskerrik asko. Agur.