Rafael Martínez Ochoa
Jubilado de Hofesa (84)
Brindamos por tu vida, Rafa
Rafa murió en casa; rodeado de su familia, sereno, y aceptando que había llegado su hora. Sintió la cercanía de su familia hasta el último momento, y se compadeció de quienes no pudieron disfrutar del privilegio de ser queridos hasta el último instante. Se fue sin apenas conocer qué estaba ocurriendo en el exterior y cómo el coronavirus había alterado la rutina de todos. No se podía salir a pasear, tomar un vino, hablar a menos de dos metros de distancia, o bajar a por el pan y el periódico sin hacer largas colas. Aprovechamos este texto para felicitar al equipo de hospitalización a domicilio de Txagorritxu por la profesionalidad, amabilidad y empatía que demostraron en todo momento. Rafa, u Ochoa como le llamaba la mayoría de la gente en Vitoria, disfrutaba de las pequeñas cosas, de su familia, sus amigos y conocidos; de su huerto en Nanclares y de los triunfos del Alavés. Le gustaba contar sus experiencias y anécdotas divertidas, que siempre tenían un punto de retranca y nos hacían reír a todos los que estábamos a su alrededor. Descansa en paz, Rafa. Cada uno de nosotros nos despediremos de ti a nuestra manera. Será algo íntimo, discreto, sin aglomeraciones, como te gustaba a ti. Unidos saldremos de esto, y llegará el momento en el que podamos besarnos y abrazarnos, e incluso tomar un vino para brindar por tu vida.