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Nieves Alzola Querejazu

Ama de casa (80)

La generosidad por bandera

La historia de Nieves es la historia de la gente buena. Nacida a los pies de la ermita de San Vitor y de Itxogana, en el pequeño pueblo alavés de Erentxun, allí creció feliz entre campos de patatas y trigo. Unida a su tierra y amante de lo nuestro. Tuvo la suerte de encontrar cerquita, en Andollu, al mejor de los compañeros, aita Julio, con quien llegó llena de ilusión al humilde barrio gasteiztarra de Zaramaga, y quien la cuidó con infinita ternura siendo su bastón cuando la enfermedad entró en su vida. Ama Nieves era elegante, presumida, discreta pero sobre todo generosa con todo el mundo. Siempre preocupada por su familia y por sus amigos, sensible, honesta y de mente abierta. Le tocó vivir momentos muy duros, pero siempre tuvo una sonrisa para los demás. Ama era de esas mujeres sacrificadas, cuidadoras, a quienes les cuesta ser cuidadas y pedir favores. La buena gente necesita pocas cosas para ser feliz. Ella lo era en su rincón preferido, su txoko de Erentxun rodeada de los suyos. También se permitía de vez en cuando soñar con una casita en su amada Donosti, donde estudió de jovencita. Allí celebramos las bodas de oro de aita y ama. Menudo regalo fue verla tan feliz, un recuerdo inolvidable. Nieves, la mejor esposa, amatxo y abuela… la nuestra. Agur eta ohore.