Siempre nos quedará tu alegría

Cuando se muere una madre te queda un sentimiento de vacío y orfandad. Y te das cuenta que no hay suficientes lágrimas para despedirla. A este sentimiento, se une la sensación de que te has ido muy rápido y de manera injusta. Tú, que disfrutabas muchísimo de tu familia y de la vida. Nacida en Arbeiza (Navarra), te fuiste a vivir a Orbiso, tu pueblo de casamiento, y en las últimas dos décadas has sido vecina de Vitoria-Gasteiz, donde has sido muy feliz. Porque tu felicidad ha ido contigo siempre, esa que iluminaba la vida a los que te rodeaban. Tu carácter alegre y abierto, así como tantos momentos que hemos vivido, nos quedan de recuerdo, como esos paseos por Santa Lucía y vuelta por el camino de Zuñiga. Tuviste una despedida rápida, casi de incógnito. solamente pudieron acompañarte tres familiares. No tuviste a la familia al completo, a los amigos, las flores, las canciones de las cantoras de Orbiso... Pero hoy, a través de este tributo, tenemos la oportunidad de despedirte con un homenaje por todo lo alto y debes saber que tu recuerdo permanecerá siempre en nuestra memoria. A todos vosotros, a las víctimas de esta terrible epidemia, quiero despediros como nuestros héroes, porque luchasteis en esta guerra, pero el enemigo era muy fuerte.