Lo daba todo aunque para ella no quedara

Nació en Villalube (Zamora). Terminó los estudios básicos a los 14 años. Colaboró con sus padres hasta contraer matrimonio. Se casó con Clementino Carazo y tuvieron tres hijos. En 1962 se trasladó a Vitoria junto con su familia, donde ejerció de ama de casa y colaboró con la economía familiar con pupilos, limpiando casas y cosiendo alpargatas para una entidad local. Era cariñosa, religiosa y reservada, hasta que cogía confianza. También era muy ahorradora, debido a las vivencias que tuvo durante la postguerra. El rasgo que más le caracterizó durante su vida fue el de llevar su casa de la mejor manera posible, intentando que a sus hijos no les faltara nada. Al igual que su marido, añoraba a su familia y a su pueblo, al que acudía cuando le era posible. Recuerdo con mucho cariño los postres que nos hacía los domingos cuando éramos pequeños, los jerséis y las chaquetas de punto que nos hacía a mano, las comidas familiares y la atención que tuvo con sus niet@s. Pero el mejor recuerdo que tengo es el de su sonrisa y la alegría que nos transmitía a toda la familia. El peor recuerdo que siempre quedará en nuestra memoria es el derivado de una mala decisión: que ingresarais tu marido y tú en una residencia, justo cuando conseguimos plaza el 17 de febrero. Pensamos que iba a ser lo mejor para los dos. Pero te fuiste sola y te llevaste contigo el calvario vivido. Maldito virus. No pudimos decirte que te queríamos, pero ahora te decimos alto y claro que siempre permanecerás en nuestros corazones.