ESTAMPAS BILBAÍNAS

:: FOTO CECILIO

PELAR LA PAVA CON UNO DE LOS TENDEROS DE LA ESQUINA

Aunque la expresión ha perdido sentido con el paso del tiempo –la conversación de los enamorados; el hombre desde la calle y la mujer, asomada a una reja o balcón–, la acción capitaliza la relación de ambos sexos.

1924

Un grupo de chicas tontea con un joven comerciante. Cualquier excusa es buena para el juego de la seducción. Las chicas de la imagen aprovechan el momento de tirar la basura para dejarse lisonjear por uno de los chicos del barrio.

La atracción es en sí misma algo natural y se resume en un instinto para la perpetuación de la especie. La seducción, en cambio, es un arte, un ritual escénico que necesita de ceremonia, de sutil estrategia para realizar una conquista que, de otra forma, no se podría alcanzar. Es una estrategia calculada y laboriosa, cuyo encanto reside en la atracción, la sensualidad, el erotismo, lo prohibido y arriesgado.

Volver al inicio