ESTAMPAS BILBAÍNAS

:: FOTO CECILIO

EQUILIBRIO Y ARMONÍA PARA UN GRAN PIANISTA

La técnica de un gran pianista reside, más que en las manos, en el cerebro. Nadie duda ya de que es necesario el cultivo de la mente, el cuerpo y el alma para alcanzar el equilibrio y la armonía.

1964

Joaquín Achúcarro, en la Alameda de Mazarredo. El pianista bilbaíno y maestro de música clásica es desde joven un gran aficionado a la bicicleta –también a la natación–, lo que le permite practicar ejercicios aeróbicos y anaeróbicos.

Con tan solo trece años, Achúcarro gana el concurso de Vercelli con la interpretación del concierto para piano y orquesta en Re menor de Wolfgang Amadeus Mozart acompañado por la Filarmónica de Bilbao. Consagrado pianista internacional, ha trabajado con los mejores músicos del mundo, como Zubin Mehta, con quien toca en Siena la Rapsodia de Serguei Rachmaninoff.

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