La decadencia del arsenal de ETA

Sus actuales depósitos de armas son mínimos, tras décadas de operaciones policiales e incautaciones

Comunicado de ETA
1967-1968 - Compras en Checoslovaquia

1967-1968

Compras en Checoslovaquia

Las primeras armas que llegaron a manos de ETA fueron compradas entre 1967 y 1968 en Checoslovaquia. Paradójicamente, se trataba de pistolas de la marca Astra, fabricadas en España. En sus inicios, la banda se nutría del mundo del hampa belga y francés, donde era posible conseguir armamento antiguo que había quedado sin control en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. En aquellos años, los etarras –tanto lo "milis" como los "polimilis"– se fotografiaban con metralletas Stein británicas o subfusiles utilizados por el ejército nazi.

1980 - Los primeros robos

1980

Los primeros robos

En sus inicios, la banda no tenía capacidad para fabricar explosivos así que recurrió al robo de este tipo de material para abastecer a sus comandos. Uno de los mayores asaltos se produjo en 1980, cuando consiguió apoderarse de ocho toneladas de goma-2 en el polvorín cántabro de Soto de la Marina. El año anterior, un comando se había hecho con una tonelada de este mismo material en Pamplona y también había llevado a cabo hurtos en canteras del País Vasco. La goma 2, un explosivo industrial y por lo tanto seguro y fácil de manipular, se convirtió casi en un sinónimo de ETA. Cuando España modificó la legislación que regulaba las medidas de seguridad que debían aplicarse a los polvorines privados y obligó a utilizar una protección policial para cualquier uso de explosivos, los terroristas abandonaron esta vía de abastecimiento en España.

Mediados de los ochenta - La granada 'Jo Ta Ke'

Mediados de los ochenta

La granada "Jo Ta Ke"

En los años 80, ETA consigue desarrollar lo que sería su mayor aportación a sus arsenales: la granada "Jo Ta Ke" ("Dale duro"). Este proyectil explosivo había sido probado en las selvas salvadoreñas, donde los terroristas se habían ocultado gracias a sus contactos con las guerrillas de izquierda latinoamericanas. Tras realizar las pruebas balísticas para estudiar su funcionamiento y sus rangos de alcance, comenzó a fabricarlas de forma masiva en los talleres clandestinos que había levantado en suelo francés. La práctica totalidad de los comandos que la dirección etarra enviaba a España iban equipados con este material.

1986 - La banda, engañada

1986

La banda, engañada

En 1986, ETA consiguió hacerse con uno de los objetos que perseguía desde hacía años: un misil tierra-aire "Sam 7", capaz de derribar aviones en pleno vuelo. Lo que no sabía es que el proyectil contenía un localizador facilitado por la CIA a la Guardia Civil y que el dispositivo condujo a las fuerzas de seguridad a uno de los centros neurálgicos de ETA en ese momento: Sokoa. El artífice de esta operación había sido Francisco Paesa, un agente doble que trabajaba para el Ministerio de Interior. Con posterioridad, la banda se hizo con otros dos misiles del mismo tipo. Esta vez los compró al IRA. El grupo terrorista, en pleno proceso de paz, estaba vendiendo parte de sus depósitos de armas para conseguir "cash" y cobró 40 millones de pesetas por los proyectiles. Los misiles, según se supo más tarde, habían sido saboteados y no funcionaban. Cuando este sofisticado armamento fue incautado en Francia en 2004 se averiguó que un comando había intentado derribar el avión del presidente José María Aznar con los "Sam 7". Era imposible.

1992 - Grandes arsenales franceses

1992

Grandes arsenales franceses

Los escondites de Bidart, localizado en 1992, o Mouguerre, encontrado por la Policía gala al año siguiente, son nombres de algunos de los grandes talleres en los que la banda consiguió ocultar fábricas clandestinas de armamento. Los terroristas consiguieron copiar dos modelos de metralleta: la "UZI" israelí y la "Matt" francesa. En el primero de los talleres secretos habían construido incluso una galería de tiro para probar las armas. En Mouguerre, mientras tanto, los terroristas fabricaron miles de kilos de amerital, uno de los primeros explosivos caseros de la banda. Este producto, que era entregado a los comandos oculto en tetrabriks de leche, era fabricado casi de forma estajanovista por activistas que pasaban semanas encerrados en el zulo dedicados en exclusiva a elaborar las cargas explosivas. Con posterioridad, la banda pasaría a fabricar por sus propios medios amonal y amosal, un explosivo para el que necesitaba elementos fáciles de conseguir en el mercado legal.

1999 - Ocho toneladas de Titadyne

1999

Ocho toneladas de Titadyne

El mayor robo cometido por ETA en Francia tuvo lugar en septiembre de 1999 en la localidad bretona de Plevin, donde se hizo con ocho toneladas de dinamita Titadyne. Se trató de uno de los golpes más audaces de la banda. Para llevarlo a cabo contó con la colaboración de terroristas locales, los partidarios de la independencia de la región de Bretaña, el grupo ARB. Según se ha sabido, la organización terrorista pagó a sus cómplices con varios centenares de kilos de explosivos. Los terroristas bretones llevaron a cabo un atentado contra un McDonald con este material, que costó la vida a una empleada de la hamburguesería. A partir de ese momento, la presión policial contra el grupo francés acabó en unos meses con toda la estructura del ARB, cuyos miembros llegaron a entregar parte del material a la Policía.

2006 - Robo de armas en la tregua

2006

Robo de armas en la tregua

Uno de los primeros robos de armas perpetrados por ETA para abastecerse de armas tuvo lugar en 1983 en la Diputación de Gipuzkoa, donde consiguió apoderarse de doscientas pistolas de la Ertzaintza gracias a que uno de los agentes que custodiaba el armero era un topo de la banda. Ese policía es hoy en día uno de los miembros de la banda fugados más conocidos: Iñaki de Juana Chaos. En 2006, en plena tregua pactada con el Gobierno de Zapatero, la banda cometió otro de sus asaltos más importantes. Los etarras robaron una armería de Vauvert, cerca de la localidad francesa de Nimes, y se hicieron con 410 armas cortas. Estas pistolas son el núcleo de su actual arsenal.

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  • Texto: Óscar B. de Otálora
  • Diseño: Edurne Castillo