Dos tipos a la carrera
Plano del recorrido

Fernando Canales

Fernando Canales

Cocinero


Fernando Canales (Bilbao, 1962) ya está pensando en el «desayuno atómico» de después de la carrera. Porque va a ir en ayunas. No es penitencia, es que el chef del Etxanobe es de digestiones lentas. Y de paso rápido, virtud del que se ve obligado a estirar las horas del día. Nos recibe en la terraza del Palacio Euskalduna a las once de la mañana, casi mediodía para él, que se ha levantado a las seis para ir a hacer surf a Laredo, y no descarta hacer otra escapada a mediodía. «¿El sábado podré ir a surfear?». Imanol Loizaga, su entrenador, se lo piensa y aún a costa de decepcionar a su ‘pupilo’... «Sería mejor que no. Si me prometes que vas a estar solo una hora, todavía, pero ¡es que no tienes medida! Entrenamos en Ereaga y en lugar de mirar al frente miras al mar a ver qué olas vienen».

Fernando Canales preparando la carrera

Se ríe Canales porque es verdad. Salvo los ‘excesos’ con el surf -«lo descubrí con 50 años»- es un alumno «muy disciplinado» y previsor. Su media son seis o seis minutos y medio por kilómetro, aunque a veces se pone «en modo ahorro». Loizaga lleva tres meses y medio preparando al cocinero para la ‘20km Bilbao Banco Santander’, carrera organizada por EL CORREO que tiene una versión corta de 10 kilómetros que es la que hará el chef. «Llevaba treinta años sin hacer deporte, así que cuando EL CORREO me propuso el reto de participar dije que ni loco. Me presentaron a Imanol y ahora el cuerpo va solo», confiesa Canales, que ya piensa en cómo arañar minutos en meta. «¿Qué tiempo haremos, Imanol?». «Por debajo de la hora cinco, calculo que 63 o 64 minutos». Lo que tardará Martín Fiz... pero en correr el doble de distancia, claro.

El cocinero del Etxanobe no solo ha pasado de cero a cien en un verano, también se ha convertido en un abanderado de la causa. «Correr es una droga gratis. Yo animo a todos los amigos». Asiente el ‘maitre’ del restaurante, que también entrena con Loizaga: «Yo antes no llegaba ni del Euskalduna al Ayuntamiento corriendo y ahora hago nueve kilómetros seguidos». Su jefe hubo un tiempo que hacía hasta 42. «De niño iba a los campamentos y ganaba los juegos de correr porque era flaco y muy atlético. Hasta los 23 años hice deporte e incluso di clases de tenis un año en Madrid pero el trabajo en una cocina es muy exigente y lo dejé», cuenta Fernando Canales.

Hasta que conoció a Loizaga, campeón de España de maratón en veteranos (2006). «Durante estos tres meses y medio de entrenamiento con él he tenido que viajar, a Perú, Francia, Portugal... Pero nunca he dejado de hacer los deberes. Un día me tocaba salir a correr y me pilló en Francia, donde era fiesta nacional. Pues salí sorteando cuadrillas de borrachos. Y otra vez acabé tarde de trabajar y se me hizo de noche, así que me puse el chaleco del coche porque no tenía camiseta reflectante (risas)». La preparación ha consistido en tres días a la semana cuarenta minutos y la primera jornada comenzaron alternando cinco minutos a la carrera y tres andando. Así cuatro veces «y a casa». Luego seis minutos de carrera y dos caminando, ocho y uno... «Solo tuve agujetas un día. Me gusta correr, aunque odio las series de 500 metros, son cansadísimas».

Así que luego hay que reponer. «Me he enganchado a las paellas de quinoa, es un alimento super completo». Nos cuenta Canales la receta pero le guardamos el secreto por si quiere incluirla en el menú del Etxanobe. Y nos descubre también los beneficios de la cúrcuma. «Es el mejor antiinflamatorio que existe, el ibuprofeno del siglo XXI».

El chef bilbaíno es un experimentador entre fogones, pero esta mañana lleva cinco horas levantado y solo ha tomado un café de pie -«el otro día después de surfear merendé un solomillo»-. Aguanta bien con el estómago medio vacío aunque a su entrenador le preocupa un poco el ayuno del domingo y por eso le recomienda que no madrugue mucho (la carrera es a las diez y media de la mañana). «En el kilómetro cinco hay avituallamiento y ahí ya conviene tomar algo líquido. También es fundamental la comida y la cena del día anterior, que debe ser alta en carbohidratos. Por ejemplo arroz, patata cocida y algo de proteína de carne». Los consejos son para Canales y también para él. El domingo correrá de apoyo pero en noviembre irá al maratón de Valencia.


«Llevaba treinta años sin hacer deporte y ahora el cuerpo va solo»
Fernando Canales

«Mañana desayunaré un café americano, de esos que no tienen mucha cafeína, dos tostadas con mermelada y un plátano»
Martin Fiz

Martin Fiz

Martín Fiz

Atleta


Dos meses entrenando para jugárselo en media hora. Es la marca que quiere anotar Martín Fiz (Vitoria, 53 años) en la ‘20km Bilbao Banco Santander’, que organiza EL CORREO y se disputa este domingo con salida y meta en la Gran Vía y un recorrido urbano en torno a la Ría. «A mí me encanta el tramo entre el Guggenheim y el Ayuntamiento. Y también pasar por el Arriaga, que es precioso». Un vistazo rápido y la mirada al frente para no perder el paso. La estrategia de Fiz es «ritmo constante y esprintar los dos últimos kilómetros, cuando ya huele a meta».

Se acuerda de la primera que atravesó con resultado de podio. En Miranda, contra pronóstico. Fue el año de los Juegos Olímpicos de Seúl (1988). Se acuerda porque «había varios atletas que aprovechaban la carrera para prepararse para las Olimpiadas». Él, que hasta entonces era un aficionado que no había corrido «más de diez kilómetros seguidos», acabó en una hora, tres minutos y cuarenta segundos... ¡por delante de los olímpicos! «Por aquel entonces nadie contaba conmigo, yo mismo iba sin expectativas y les gané. Me acuerdo que fui a coger algo en los puestos de avituallamiento y los organizadores me dijeron que no, que aquello estaba personalizado para los atletas profesionales. Eso sí, al día siguiente tuve unas agujetas terribles».

Desde entonces las elimina corriendo, aunque esta semana se encuentra de ‘descanso’ y ‘solo’ está haciendo diez kilómetros a trote tres días. «Los días previos a una competición el mejor entrenamiento es el descanso, paseos largos o algo de trote». E intentar dormir un poco más que de lo habitual. «No siempre se puede porque cuando te colocas un dorsal todos nos ponemos nerviosos, así que por lo menos hay que tratar de estar relajado en la cama, aunque no se duerma». La otra pata de los preparativos es la alimentación y esta semana Fiz sigue una dieta a base de hidratos de carbono -pasta, arroz, pizza...- «que serán la gasolina el día de la competición.

¿Y el desayuno del domingo... fuerte o ‘ligth’? Más que tirar de teoría o hacer experimentos -«no es el día para hacer pruebas»- , hay que conocer el estómago de cada uno, aunque la recomendación es desayunar por lo menos dos horas antes. «Tomaré un café americano ‘suelto’, de esos que no tienen mucha cafeína, dos tostadas con mermelada y un plátano». Hora y media antes de la carrera (es a las diez y media) «agua a sorbos» y más líquido durante la marcha. «Conviene ingerir alimento líquido cada treinta minutos y a partir de la hora, algo sólido como un plátano o unas pasas», apunta como recomendación general.

Martín Fiz preparando la carrera

El otoño lleva instalado en Euskadi desde el martes y las previsiones avanzan lluvia y temperaturas de entre 12 y 22 grados para este domingo. Más que fresco después de tres meses sin ver llover por aquí, pero suficientemente templado para un corredor. «Con unas mallitas y una camiseta de manga corta basta. No conviene llevar chubasquero, hay que correr suelto y cubrirse cuando se llegue a meta». La lluvia, siempre que no sea intensa, solo dificultará ligeramente un recorrido -«cuando se moja la musculatura se queda más pesada»- por lo demás «asequible». «Es un recorrido practicamente llano y sin alteraciones. Está diseñado para que la gente que haga el circuito de diez kilómetros lo complete sin temor a lesionarse y los que se apunten al de veinte tengan una buena oportunidad para hacer una buena marca». Él se ve «fuerte» para batir la suya, aunque en el caso del aficionado «entre hora cuarenta y cinco y dos horas está más que bien, para el que corra los veinte».

A un día de la carrera Fiz ya huele «a crema antiinflamatoria». No parece, ‘a priori’ un aroma nada estimulante. Pero para él lo es. Como si empezara la cuenta atrás, ‘preparados, listos ya’. Y entonces Martín Fiz sale suave, zancada corta y sin levantar mucho el pie para no gastar más de la cuenta en los primeros kilómetros. Los brazos sueltos, sin rigidez, y guardar para estar en condiciones de apretar un poco al final. «Hacerlo al revés, salir muy fuerte e ir de más a menos les funciona a pocos». A él, desde luego, no. Tiene ocasión de comprobarlo cada vez que sale a la carrera. Este domingo en Bilbao. El próximo, en Berlín: 42.195 metros que acabarán tras cruzar la Puerta de Brandemburgo. El récord del circuito alemán está en dos horas, dos minutos y cincuenta y siete segundos. Él exige hacer en poco más de la mitad el de Bilbao.